El Teatro Real es uno de los grandes teatros de Europa y sus temporadas son producciones caseras con figuras importantes del canto internacional, la dirección musical, la dirección de escenario y la danza El teatro también ofrece visitas guiadas en varios idiomas, incluyendo el auditorio, escenario, talleres y salas de ensayo

El Teatro Real se ha convertido en la principal casa de ópera nacional de España, con una importante reputación internacional. Se considera la quinta institución cultural española más importante y la más importante en el ámbito de la música y las artes dramáticas

Los proyectos artísticos del Teatro Real lo han convertido en uno de los grandes centros internacionales de actividad operística y un hito indiscutible entre las instituciones culturales españolas. Su programa artístico se esfuerza por la excelencia, consolidando tanto el repertorio lírico tradicional como las contemporáneas, incorporando obras del siglo XX Y música de vanguardia Creemos firmemente en ofrecer al público un lugar donde puedan descubrir a los mejores artistas y creadores del momento También presta especial atención a nuevos públicos e introduce la ópera a los jóvenes.

El Teatro Real es el teatro de la ópera de Madrid. Se encuentra situado en la plaza de Oriente, frente al Palacio Real, y es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad. El Teatro Real es un Bien de Interés Cultural (BIC) del Patrimonio Histórico Español, en la categoría de «Monumento Histórico».

Todo ello, combinado con la excelencia de su Coro y Orquesta Residente, el uso de tecnología punta y las producciones de larga duración de espectáculos de los más altos estándares artísticos, con un perfil cada vez más alto en escenarios en los cinco continentes, ha hecho El Teatro Real una presencia importante tanto dentro como fuera de nuestras fronteras

El Teatro Real es una Fundación Pública, con una participación significativa de la sociedad civil en sus órganos de gobierno y en su financiación. La gestión del teatro es autónoma, estable y profesional, como es de esperar de las principales instituciones culturales del Estado. Son los Reyes de España y cuenta con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Comunidad de Madrid como Órganos Públicos Administrativos fundadores

El rey Fernando VII promovió la construcción en Madrid de un teatro de ópera incluido dentro del proyecto de remodelación de la Plaza de Oriente. Para ello, se ordenó la demolición del antiguo Teatro de los Caños del Peral. El proyecto se encargó al arquitecto Antonio López Aguado, que diseñó un edificio con forma hexagonal irregular, cuya fachada principal miraría a la Plaza de Oriente y la otra, de menor empaque, recaería sobre la actual Plaza de Isabel II. La primera piedra del nuevo teatro de la ópera se puso el 23 de abril de 1818, pero la escasez de fondos de la Casa Real impidió que las obras arrancaran antes de 1830. A la muerte del arquitecto, el proyecto fue asumido por Custodio Teodoro Moreno. Tras la subida al trono de la reina Isabel II, numerosos acontecimientos políticos y burocráticos paralizaron la ejecución del proyecto, hasta que el 7 de mayo de 1850, por medio de una Real Orden, se impulsaron las obras del Teatro, exigiendo su finalización en un plazo de seis meses, como así se hizo.

En la decoración interior trabajaron los artistas y decoradores más importantes de la época, como Rafael Tejeo, Eugenio Lucas, que pintó los techos, o Humanité-René Philastre, que diseñó el telón de boca. Aparte del auditorio, que se decía que tenía capacidad para 2.800 espectadores (aunque en realidad debía rondar las 2.200 2​), había dos salones de baile, tres salones de descanso, una confitería, un café, un tocador y un guardarropa. Todas estas comodidades se habían copiado de los grandes teatros europeos de la época, como el San Carlo de Nápoles o La Scala de Milán.

El Teatro se inauguró el 19 de noviembre de 1850, coincidiendo con la onomástica de la soberana. La obra elegida para el estreno fue la ópera La favorita de Gaetano Donizetti y actuaron artistas de renombre, como la contralto Marietta Alboni, la soprano Erminia Frezzolini o el director de orquesta Michele Rachele.

Desde 1867 albergó el Real Conservatorio de Madrid hasta 1925 cuando una Real Orden del 6 de diciembre convocó a desalojo debido al daño que la construcción del Metro de Madrid había causado al edificio. A pesar de su cierre, el gobierno contempló siempre la posibilidad de restaurarlo , Ordenando numerosos proyectos, como el arquitecto Urdanpilleta Flórez, quien planteó una remodelación faraónica del edificio. Sin embargo, las dificultades financieras impidieron la realización de estos proyectos y condujeron a una simple restauración, patrocinada por el Instituto Juan March, y llevada a cabo primero por el Arquitecto Manuel González Valcárcel, y posteriormente por los arquitectos Miguel Verdú Belmonte y Francisco Rodríguez Partearroyo

El teatro reabrió sus puertas en 1966 como sala de conciertos, así como la principal sala de conciertos de la Orquesta Nacional de España y la Orquesta Sinfónica RTVE. La reapertura se celebró con un concierto de la Orquesta Nacional de España dirigido por Rafael Frühbeck de Burgos y Orfeón Donostiarra In 1969, se celebró en el teatro el 14º Concurso de la Canción de la Eurovisión, con una escultura de metal del escenario creada por el artista surrealista español Salvador Dalí

En la década de 1990, la casa fue remodelada para albergar la ópera de nuevo El edificio se completó a finales de 1995, a continuación, el proceso de organización técnica, administrativa, artística y funcional comenzó lo que llevó a la apertura del teatro en 1997 La remodelación se basó en el antiguo Estilo clásico de la ópera con sólo modernización básica dejando muchos asientos sin una vista de la etapa Un porcentaje considerable de asientos tienen una vista limitada o cero de la etapa y una corriente viva de óperas y de ballets se proyecta en las paredes laterales superiores de la casa De modo que toda la audiencia puede seguir el rendimiento independientemente de su punto de vista de la etapa

Tras cesar su actividad sinfónica en el verano de 1988, en enero de 1991 comenzaron las obras de remodelación para la reconversión del Teatro en una sala operística. El proyecto lo dirigió el arquitecto José Manuel González Valcárcel, que se encontró con dificultades que retrasaron los trabajos. Estas dificultades culminaron con el fallecimiento del propio arquitecto en el mismo Teatro durante una visita a las obras. El Ministerio de Cultura encargó a otro arquitecto, Francisco Rodríguez de Partearroyo un estudio de alternativas que pronto se transformó en un nuevo proyecto, que fue aprobado para su ejecución. El edificio quedó terminado a finales del año 1995: a continuación comenzó el proceso de organización técnica, administrativa, artística y funcional que dio lugar a que la inauguración en 1997 se produjera ya con un teatro y una compañía a pleno rendimiento.

La sala del Teatro Real mantuvo la estructura original, de estilo italiano, y recuperó la decoración original de la época de la década de 1880. A pesar del pequeño tamaño del patio de butacas, el aforo total alcanza las 1.746 localidades como máximo, gracias a las 15 filas que acoge la zona denominada «Paraíso», por encima de la cuarta planta, que aprovecha el aumento de la altura de la cubierta conseguido en las obras de los años 20, como ya se hiciera en la reforma de 1966. Se consiguió aumentar ligeramente el tiempo de reverberación, hasta situarlo en un término ideal para una sala de ópera de estas dimensiones.

Fuera de la sala, el foyer de entrada se decoró con una columnata elíptica forrada de madera tropical. El segundo piso, accesible para todo el público asistente, permite circular por todo el perímetro del edificio, comunicando el vestíbulo con el restaurante, situado en el antiguo salón real de baile, en la fachada posterior. Un vestíbulo superior, que se abre con grandes ventanales a la parte superior de la fachada sobre la Plaza de Oriente, completa las zonas públicas del Teatro.

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En 2007 se inauguró la Sala Gayarre, con 190 localidades, que se utiliza para diversas actividades complementarias, como conciertos y representaciones de ópera de cámara, recitales, actividades pedagógicas, conferencias, coloquios, cursos y proyecciones.

Aprovechando el inmenso volumen resultante de la ampliación de la caja escénica en los años 20, que proporciona un vano de más de 80 metros desde los sótanos a la parte más alta de la torre de telares, se diseñó una compleja maquinaria concebida para efectuar movimientos escénicos en vertical, ante la carencia de espacio lateral, obligada por el diseño de la planta del teatro. El espacio escénico disponible para las escenografías supera los 600 metros cuadrados en el nivel cero, y llega hasta los 1.430 si se le añaden las áreas de montaje a 16 metros por debajo del escenario y el patio de butacas. El suelo del escenario está compuesto de 9 plataformas que permiten mover las escenografías entre ambos niveles. La amplia embocadura escénica dispone de 18 metros de ancho y 14 de alto, y la torre escénica sitúa la parrilla de la que cuelga toda la tramoya (motorizada, y controlada electrónicamente) a 37 metros de altura sobre el suelo del escenario. La entrada de material situada en el zaguán de la Plaza de Isabel II comunica directamente con la caja escénica y permite depositar la carga directamente desde los remolques de los camiones en el mismo suelo del escenario.

Prácticamente todos los espacios implicados en el trabajo de elaboración de un espectáculo operístico se encuentran alojados en el propio edificio del teatro, desde las oficinas administrativas hasta los almacenes de material o los talleres de maquinaria. Las salas acondicionadas para la orquesta, el coro y el cuerpo de baile, así como una sala de ensayos de escena de las mismas dimensiones del escenario principal se construyeron sobre la cubierta del edificio. También se encuentran en el edificio los talleres de utilería, sastrería, peluquería y caracterización, además de varias salas de ensayo individuales para los artistas.

El Teatro abrió de nuevo sus puertas el 11 de octubre de 1997, en una función de gala presidida por los Reyes de España, en la que se representaron dos obras de Manuel de Falla: el ballet El sombrero de tres picos (con los decorados y figurines originales de Pablo Picasso) y la ópera La vida breve, puesta en escena por Francisco Nieva. Ambas fueron dirigidas por el nuevo director musical del Teatro, Luis Antonio García Navarro. Con este acto se ponía fin al periodo de 72 años durante los que Madrid no había podido disfrutar de su gran Teatro de Ópera. Desde el cierre en 1925 hasta que se inició una pequeña temporada regular en los años 60, en el Teatro de la Zarzuela, Madrid solo había tenido ópera de forma puntual e irregular. Las temporadas del Teatro de la Zarzuela permitieron reactivar la afición del público madrileño, pero restringidas a un teatro pequeño y con modestas condiciones técnicas. La inauguración del Real dio inicio, sin interrupción, y desde el primer momento, a una temporada completa, con un sistema de abonados sostenible, lo que abrió una nueva etapa operística en Madrid.

En la segunda etapa del Teatro Real han participado primeras figuras internacionales del canto, la dirección musical, la dirección de escena y la danza. Entre ellas, los tenores Juan Diego Flórez, Aquiles Machado o José Bros, los barítonos José van Dam, Leo Nucci o Carlos Álvarez, los bajos Ruggero Raimondi, Willard White o Matti Salminen, las sopranos María Bayo, Inva Mula, Cecilia Bartoli, Daniela Dessì, Norah Amsellem, Deborah Polaski, Nina Stemme, Violeta Urmana o Edita Gruberova, los directores Mstislav Rostropovich, Daniel Barenboim, Claudio Abbado, Valeri Gergiev, Riccardo Muti, Semyon Bychkov o Teodor Currentzis y los directores de escena Giancarlo del Monaco, Pier Luigi Pizzi, Hugo de Ana, Peter Sellars, Robert Carsen o Michael Haneke. Particularmente bien acogidas han sido las apariciones del tenor madrileño Plácido Domingo, quien en una de ellas, la representación de la ópera de Verdi Simon Boccanegra, cosechó 25 minutos de aplausos por parte del público.

Desde su reapertura como teatro de ópera, la orquesta titular es la Sinfónica de Madrid.

El Teatro Real acoge unas 180 funciones de ópera y ballet por temporada, además de un amplio programa de conciertos, recitales y otras actividades, entre los meses de septiembre y julio. El Proyecto Pedagógico (actualmente denominado «Real Junior»), en colaboración con otros teatros madrileños presenta diferentes espectáculos relacionados con el mundo de la ópera, adaptados para niños de diferentes edades, a los que asisten centros educativos de toda España.El teatro se puede visitar diariamente, con diversos recorridos guiados, que incluyen la caja escénica y las salas de ensayo y talleres.

En julio de 2011, con motivo del montaje de la ópera de Olivier Messiaen San Francisco de Asís, se ofrecieron por primera vez representaciones de abono de la temporada de ópera del Teatro Real fuera del edificio de la Plaza de Oriente. En este caso, las representaciones tuvieron lugar en el Madrid Arena. Al inicio de la siguiente temporada, en septiembre de 2011, se produjo la primera salida de toda la compañía del Teatro Real, invitada a actuar en un teatro de ópera fuera de España, concretamente en el Teatro Bolshoi, de Moscú, con la producción de la ópera de Kurt Weill Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny. En el mes de agosto de 2017 la compañía (con orquesta y coro) actuó en el Festival de Ópera de Savonlinna, con la producción de I Puritani. Algunas de las principales producciones propias del Teatro se han presentado en otros grandes teatros de ópera del mundo, con gran éxito (La Bohéme, El barbero de Sevilla, The perfect American, C(h)œurs, Poppea e Nerone, Così fan tutte, etc.).

Asimismo, el teatro ha recibido la visita de las compañías de algunos de los grandes teatros de ópera europeos (Teatro Real de la Moneda de Bruselas, Teatro Mariinsky de San Petersburgo, Bolshoi de Moscú, Staatsoper Unter den Linden de Berlín) o de las principales compañías de ballet (San Petersburgo, Milán, París, Londres, Stuttgart, etc).

En esta etapa, el Teatro ha sido el marco en el que se han estrenado diferentes óperas, fundamentalmente de autores españoles, como Antón García Abril, Cristóbal Halffter, Luis de Pablo, José María Sánchez Verdú, Leonardo Balada o Mauricio Sotelo, en ocasiones producto de un encargo del propio Teatro. Entre ellas se puede destacar que la primera compositora que ha estrenado una ópera en el Real ha sido Pilar Jurado, el 11 de febrero de 2011, con su obra La página en blanco, seguida de Elena Mendoza, con el estreno de La ciudad de las mentiras el 20 de febrero de 2017.

En enero de 2013, el Teatro Real acogió el estreno mundial de la ópera de Philip Glass, The perfect american, sobre la vida de Walt Disney; la obra tuvo una buena acogida por parte de la crítica y el público. En 2014, se presentó el estreno mundial de la ópera Brokeback Mountain, de Charles Wuorinen, adaptación del relato homónimo de Annie Proulx, autora asimismo del libreto. La presentación de esta ópera suscitó una gran expectación en los medios y buena acogida del público.

Adicionalmente a los estrenos, el Teatro Real ha recuperado obras olvidadas o no representadas frecuentemente, de autores españoles como Ruperto Chapí, Tomás Bretón, Isaac Albéniz, Emilio Arrieta o Vicente Martín y Soler. También ha presentado obras líricas contemporáneas de autores hispanoamericanos, como Alberto Ginastera, Osvaldo Golijov o Daniel Catán.

En 2016, dieron comienzo los tres años de programación y actos conmemorativos con los que el Teatro Real celebrará, a nivel nacional e internacional, una doble efeméride: los 200 años del inicio de su construcción en 1818, y los 20 años de su reapertura en 1997, cuando la ópera volvía al escenario de la Plaza de Oriente después de 72 años de ausencia. El apogeo de las celebraciones será la temporada 2017-2018, cuyos años acogen ambos aniversarios. La conmemoración del Bicentenario ha sido declarada “acontecimiento de excepcional interés público” en la Ley de Presupuestos del Estado en 2015.

Además de la habitual temporada lírica, el Teatro ha sido a menudo escenario de diferentes eventos no relacionados con el mundo de la ópera, como la ceremonia de entrega de los Premios Goya de 2011, o los sorteos de la Lotería de Navidad a partir de 2012. Tanto la sala principal, como los diferentes salones del teatro se pueden alquilar para realizar actividades o espectáculos paralelos a la temporada oficial.

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