Categories: Arquitectura

Románico de Cantabria

El siglo X inició un despertar económico en la Europa medieval, que da lugar al primer arte internacional: el románico. El éxito de esta tendencia provino en gran parte de la expansión de la mano de la orden de Cluny y las peregrinaciones que difundieron sus peculiaridades.

En contraste con otras tendencias artísticas posteriores mucho más «urbanas», el arte románico en general, y su arquitectura en particular, se desarrolló principalmente en el mundo rural, teniendo su manifestación más importante en los edificios monásticos. En este momento los monasterios tenían una función multifuncional, eran centros de productividad religiosa, cultural y agrícola, todo dentro del contexto feudal del momento.

Sus características en la arquitectura fueron el uso del arco semicircular y las bóvedas de cañón y caballete. Del mismo modo, se requerían paredes grandes y pesadas, con solo luces, que pudieran soportar el peso de estas bóvedas, todas reforzadas con contrafuertes gruesos en el exterior. Asociado con la arquitectura y el acabado del edificio, había ejemplos de esculturas de tallas ásperas y populares en claustros, portales, capiteles y ménsulas.

Debido a los motivos de influencia en materia de política y economía de Castilla, estilísticamente hablando, la montaña románica se relacionó con la de Burgos y Palencia, aunque no alcanzó la calidad de estos excepto en casos aislados. Su cronología cántabra abarca los siglos XI y XII, pero en los territorios más remotos, lejos de los lugares de paso, se extendería hasta el siglo XIV.

La distribución geográfica de la arquitectura románica en Cantabria es laxa y diversa, pudiéndose agrupar en áreas por similitud estética, como el románico de los valles de Campo y Valderredible, el de la cuenca del Besaya, el de Liébana o el de la costa Entre los edificios más representativos se encuentran la Colegiata de Santillana, Castañeda, Cervatos y Elines, las iglesias de Piascas, Bareyo, Silió y Yermo.

Related Post

El románico cántabro o el románico cántabro son diferentes denominaciones bibliográficas para una subdivisión del arte románico en un territorio cuya homogeneidad geográfica, histórica y cultural ha permitido identificar sus propias características estilísticas, aunque coinciden en gran medida con las del románico castellano o las del asturiano Románico. Coincide territorialmente con la comunidad autónoma actual de Cantabria, que en la época (siglos XI y XII) formaba parte de la entidad política que primero se denominaba el condado y luego el reino de Castilla, y que durante el Antiguo Régimen se conocía bajo los nombres de » Asturias de Santillana «o» Montaña de Burgos «.

Para algunas fuentes, el románico del área frente al otro se caracteriza por su «pobreza» y «modestia» en sus salas de trabajo, lo que se refleja en la imagen representada solo por un pequeño número de imágenes del Crucificado y del Virgen, ya del siglo XIII ».

En ausencia de una diócesis propia (pertenecía a la diócesis de Burgos), las principales instituciones eclesiásticas eran los monasterios (Santa María de Puerto de Santoña, Santo Toribio de Liébana) y las colegiatas: la Abadía de los Santos Cuerpos (posteriormente transformada colegiata y finalmente en la actual catedral de Santander), colegiata de San Martín de Elines, colegiata de Cervatos, colegiata de Santillana del Mar y colegiata de Castañeda. «Las cinco iglesias colegiales de Cantabria son claramente diferentes entre sí, a pesar de haber sido construidas entre el último tercio del siglo XI y la mitad del XII». «Ambas universidades tienen sus propios valores que le atribuyen a uno u otro la supremacía del arte románico en la provincia de Santander. Santillana se destaca en su elegancia interior … en Castañeda hay más solidez.» En todo el territorio, tanto en el período de pleno románico y en el de finales del románico del siglo XIII, se erigieron iglesias concejiles de fuerte personalidad y notable calidad. su cantería (sillares, arcos, talla de los capiteles y decoración escultórica), con diferentes características según las áreas (Campoo, Valderrible, Valdeola, Liébana, Besaya, valles de Pasiegos, costa, etc.)

Hasta hace relativamente poco, los estudios en el área eran escasos. Todavía en 1975, el historiador del arte Juan José Martín González indicó que falta, a excepción del trabajo del principal estudioso local: «No hay una monografía conjunta sobre el románico en la provincia de Santander. En la guía Simón Cabarga (Santander y su provincia, 1965) falta la bibliografía ». Desde finales del siglo XX y en el siglo XXI, estas deficiencias se han visto compensadas por la iniciativa de investigadores como Miguel Ángel García Guinea y el desarrollo de proyectos como el Centro de Interpretación Románica en Cantabria en la iglesia de Santa María la Mayor (Villacantid) o el llamado «País Románico».

Share