Gran Sacristía, Catedral de Sevilla

La sacristía principal de la catedral de Sevilla está unida a la octava capilla de la nave de la epístola. La Sacristía Mayor es una construcción renacentista realizada en el siglo XVI según el proyecto del arquitecto Diego de Riaño, con una rica ornamentación plateresca y soluciones técnicas novedosas para su época. Consiste en una planta con una cruz griega con brazos cortos. Sobre el cual se construyó una cúpula sostenida por cuatro pilares con pechinas, donde el Juicio Final se representa de forma escultórica en tres anillos circulares. Está coronado por una linterna donde entra la luz exterior que ilumina la habitación junto con las ventanas elípticas de las bóvedas en abanico ubicadas en la maleza que forma la cruz griega de la planta. Alberga algunas de las mejores obras de arte de la catedral.

Historia
El diseño de la sacristía se atribuyó a Diego de Riaño, quien habría comenzado a trabajar en este proyecto en 1528. Según esta hipótesis, la construcción se habría completado en 1547. Sin embargo, investigaciones más recientes se refieren al hecho de que fue diseñado por Diego de Siloé y construido por Martin de Gainza entre 1535 y 1543.

Entre 1611 y 1612, el maestro principal de la catedral, Miguel de Zumárraga, realizó una intervención importante en el techo, en el que se colocaron tejas en el techo de la linterna en lugar de las tejas originales. Sin embargo, en 1699 se realizó otra intervención en la linterna para reemplazar los azulejos con azulejos.

Descripción

Entrada
La portada tiene un arco de medio punto. En el interior, a ambos lados, el portal está flanqueado por dos columnas en pedestales. Las columnas se dividen en tres sectores: las dos primeras tienen un estilo grotesco y están decoradas con relieves de máscaras, querubines, atlantes, relicarios y guirnaldas; El sector superior comienza con un grupo de acantos y está decorado con guirnaldas. Sobre la puerta hay un friso con relieves de angelitos. Sobre el friso hay un frontispicio con dos personajes mitológicos que flanquean un jarrón con lirios. Las dos puertas están decoradas con relieves de los cuatro evangelistas, San Leandro, San Isidoro, las santas Justas y Rufina, y motivos grotescos.

Después de la portada hay una galería con bóveda. La bóveda está decorada con 68 cajas con relieves de platos con frutas, otras viandas y una bolsa con dinero. Estos motivos ornamentales se repitieron en la decoración de los conventos de Acolman, Actopan y Yuririanpúndaro, en México.

Interior
El interior de la Gran Sacristía es un espacio solemne concebido en el piso central que forma una cruz griega con armas muy pequeñas. Su espacio está cubierto con una cúpula que descansa sobre pechinas.

La elevación se realiza con pilares a los que se unen medias columnas y pilastras con su perfil ricamente tallado con talla plateresca; En los capiteles hay una fina decoración con grotescos y guirnaldas. Los brazos de la cruz están cubiertos con bóvedas en abanico que descansan sobre chaflanes decorados con vieiras.

A ambos lados de la entrada hay dos columnas decoradas con relieves grotescos. Verduras, figuras humanas, pájaros, fruteros, custodias, sirenas, relicarios, medallones, trofeos, máscaras y querubines están representados en los relieves. En la parte superior de cada columna hay un relieve de las santas Justa y Rufina que flanquean la Giralda, que se presenta sin la parte superior agregada por Hernán Ruiz. En los capiteles de ambas columnas hay letreros con las inscripciones «SOLI DEO» y «HONOR ET GLORIA». Sobre el arco de medio punto de la entrada hay tres escudos de armas con coronas reales: en el centro hay un jarrón con lirios y a los lados la Giralda sin la parte superior del Renacimiento. Estas son las primeras representaciones de esta torre sin el resto de la catedral. Sobre cada una de las dos columnas hay una caja con esculturas de San Hermenegildo y San Fernando, respectivamente. Sobre los escudos de armas hay un friso que presenta a las parejas de santos de rodillas adorando símbolos eucarísticos que tienen los ángeles.

En el lado opuesto de la sala hay un gran pórtico flanqueado por dos pórticos más pequeños. Estas tres entradas se comunican con un área de piso rectangular. Las entradas tienen arcos de medio punto y las jambas e intrados están decoradas con relieves frutales, trofeos y otros motivos grotescos. Las dos columnas que flanquean la entrada central están decoradas con relieves similares a los del lado opuesto: atlantes, ángeles, custodias, cornucopias, guirnaldas, monstruos, alegorías de virtudes y santos. En una de estas columnas hay un cartel con la fecha «1534».

En el centro de la pared posterior de la sala rectangular hay un arco de medio punto sostenido por dos columnas con relieves grotescos que presentan monstruos, cornucopias, ángeles y medallones. En el tallo de la columna izquierda, en un refuerzo, está la fecha «1535». Antiguamente en este espacio había un altar para las reliquias, aunque hoy se ha colocado una imagen con el descenso de Jesús de la cruz. En el centro de la sala rectangular hay una bóveda con relieves de la Asunción y los doce apóstoles. A los lados, el techo consta de dos cúpulas inferiores con tonos de case.

Frente a la capilla central se encuentra la gran pintura de Pedro de Campaña, el descenso de Cristo. En las paredes del recinto hay una amplia colección pictórica de la que destacamos San Isidoro y San Leandro de Murillo realizadas en 1655, destacando la solemnidad de los santos que aparecen respectivamente representados en actitudes en las que destacaron. Cabe señalar que muchas otras obras pictóricas de excelente calidad están colgadas en estas paredes.

Hazme
La cúpula está adornada con relieves dispuestos en tres anillos, que representan el Juicio Final y una puesta en escena de la Corte Celestial; en el anillo inferior, los Malditos. Representaciones de apóstoles y obispos aparecen en las bóvedas. En la pared de la cabeza de la Sacristía, se conservan los cimientos de los tres altares que se encontraban en cada una de las capillas, desmantelados en el siglo XIX. En estos cimientos hay pequeñas piezas escultóricas y algunos relicarios.

En el techo hay una cúpula con relieves acabados en farol. Los relieves en la cúpula representan el Juicio Final en tres filas: Infierno, Purgatorio y Cielo. En el techo de la linterna hay un alivio de Dios el Padre.

En la parte superior de la habitación hay cuatro ventanas puntiagudas, una en cada frente, aunque la del frente estaba tapiada. Sobre estas ventanas hay bóvedas con esculturas de personajes tallados. Las cuatro bóvedas en forma de abanico rodean la cúpula central y dejan cuatro pechinas entre ellas. Las bóvedas en forma de abanico y las pechinas tienen relieves de obispos, apóstoles y personajes del Antiguo Testamento.

La variedad de esculturas que se exhiben en esta Sacristía, siendo la más importante la de San Fernando que aparece junto a uno de los pilares de la cabeza y que fue encargada por el Cabildo con motivo de la canonización de este Rey. En el pilar opuesto está la Inmaculada.

El conjunto de platería que se exhibe en el lugar es de gran importancia, destacando la Custodia grande de Arfe, una maravillosa pieza representativa del plateresco de Sevilla. Llegaremos a la conclusión de que este espacio, junto con muchos otros de un período de construcción similar, históricamente contribuyó a la transformación progresiva del edificio de la catedral en un conjunto de espacios de exposición, ya que se ha dedicado a esta función durante casi doscientos años.

Tesoro de la catedral de Sevilla
El tesoro de la catedral de Sevilla es considerado uno de los tesoros artísticos mejor conservados en el entorno eclesiástico de España. Sus fondos son comparables a los recaudados en la Biblioteca Nacional y El Escorial.

Se compone de piezas de todos los tamaños y materiales (oro, plata, perlas, pedrería, terciopelo, etc.), entre ellas se encuentran vasos sagrados, relicarios, custodios, cruces procesionales, libros, coros (aproximadamente 300), adornos y vestidos. para la liturgia (aproximadamente 2000) además de todas las obras de arte (aproximadamente 550 pinturas fechadas entre los siglos XV y XX, firmadas por Pedro de Campaña, Francisco Pacheco, Francisco Herrera, Zurbarán, Murillo, Valdés Leal, Matías de Arteaga, entre otros), esculturas (exterior e interior, algunas sepulcrales en mármol, madera o alabastro) y retablos (datados entre los siglos XV y XVIII), etc., distribuidos entre las diferentes capillas de las que se compone la Catedral.

Del tesoro, destacan los elementos relacionados con la conquista de la ciudad por el rey San Fernando, como su espada, el estandarte y otras reliquias, así como las llaves de la ciudad. También se conservan las mesas de Alphonse, realizadas por el rey Alfonso X el Sabio.

Otras piezas corresponden a fechas posteriores al descubrimiento de América y están vinculadas a este nuevo mundo, como una patena (utilizada en la primera misa celebrada en México), los vizarrones de plata (enormes candelabros que sostienen velas).

Entre los artículos grandes, un candelabro de bronce (Tenebrario) tiene más de siete metros de altura y la Custodia del Corpus Christi, hecha de plata, que data del siglo XVI.

La mayoría de las piezas están expuestas en la sala conocida como «Casa de Cuentas» de la catedral, aunque otra buena parte se encuentra en la «Sacristía Mayor» y en la «Sacristía de los Cálices». Sin embargo, otras piezas se encuentran en otros espacios del templo, como la «Capilla Real» y la «Capilla Mayor».

Obras de arte
Entre los tesoros del templo destacan numerosas pinturas, muchas de ellas pertenecientes a artistas de la escuela de pintura de Sevilla de diferentes épocas, incluidas varias de Murillo, como los retratos de San Isidoro o San Leandro; Pinturas de Zurbarán como la de Santa Teresa, obras de Luis de Morales y Francisco Herrera el Mozo. En escultura y entre otros, los de Pedro Roldán, Juan de Mesa y Alonso Martínez. La tumba de Cristóbal Colón, obra de Arturo Mélida ubicada en el brazo derecho del crucero, donde se encuentran los restos del famoso descubridor de América. Trabajos de orfebrería como los bustos del relicario de Juan Laureano de Pina y la custodia procesional de Juan de Arfe. Las mesas de Alfonsí del siglo XIII son notables, un regalo de Alfonso X el Sabio.

Dentro de la sacristía, un número de obras de arte almacenadas en la catedral, entre las que se pueden citar:

San Isidoro (1655). Imagen. Bartolomé Esteban Murillo. Está ubicado en un nicho con dos columnas, un frontispicio con un medallón y un soporte en la parte inferior.
San Leandro (1655). Imagen. Bartolomé Esteban Murillo (1655). Está ubicado en un nicho con dos columnas, un frontispicio con un medallón y un soporte en la parte inferior.
Custodia del asiento (1580-1587). Juan de Arfe.
San Fernando (1671). Escultura. Pedro Roldán
Inmaculada (c. 1650). Escultura. Alonso Martínez.
El descenso de Cristo (1547). Imagen. Pedro de Campaña. Fue hecho para la parroquia de Santa Cruz. Se mudó a la catedral en 1814.
Tríptico relicario en forma de Alfonso X.
Busto-relicario de Santa Rosalía (1687). Antonino Lorenzo Castro.
Busto-relicario de San Pío (siglo XVII). Atribuido a Juan Laureano de Pina.
Busto relicario de San Laureano (siglo XVII). Atribuido a Juan Laureano de Pina.

Custodia de Arfe
La gran custodia de cinco cuerpos coronados por la estatua de la Fe, es una creación del orfebre de Valladolid Juan de Arfe que lo hizo entre 1580 y 1587 en estilo renacentista. El mismo artista consideró que era su mejor trabajo y explicó la compleja iconografía del conjunto en un folleto titulado Descripción del rastro y decoración de la custodia de plata de la Santa Iglesia de Sevilla. Mide 3,25 m de altura, contiene unos 350 kg de plata, innumerables figuras de santos y numerosos relieves con escenas eucarísticas del Antiguo y Nuevo Testamento.

En el primer cuerpo está representada la Iglesia militante, en el centro está la imagen de la Inmaculada rodeada de San Pedro, San Pablo, Sabiduría y Comprensión. Externamente están las figuras de los doctores de la Iglesia: San Ambrosio, San Gregorio, San Jerónimo, San Agustín, Santo Tomás y San Damaso. A continuación hay un conjunto de 36 relieves del Antiguo y Nuevo Testamento. En la parte superior del templo, se representan los sacramentos colocados en pequeños nichos.

El segundo cuerpo ubicado sobre el anterior está dedicado a la Eucaristía. Contiene en el centro el espacio para el viril donde se coloca la Hostia consagrada, rodeada por los cuatro evangelistas. En el exterior, las figuras de los santos patronos de la ciudad de Sevilla en grupos de dos: San Florentio y San Clemente, San Justa y Rufina, San Isidoro y San Leandro, San Hermenegildo y San Sebastián, San Servando y San Germán, San Carpoforo. y san laureano.

El tercer cuerpo está dedicado a la Iglesia Triunfante y en su centro está representada la escena del Cordero Místico reclinada en el libro de los siete sellos, como se relata en El Apocalipsis de San Juan.

El cuarto cuerpo representa la Trinidad y contiene las figuras de Padre, Hijo y Espíritu Santo. En él hay un pequeño quinto cuerpo y la Estatua de Fe que corona

Catedral de sevilla
La Catedral de Santa María de la Sede se encuentra en Sevilla. Es de estilo gótico. Es la catedral más grande del mundo. La Unesco declaró en 1987, con el Real Alcázar y el Archivo de Indias, Patrimonio y, el 25 de julio de 2010, Bien de valor universal excepcional. Según la tradición, la construcción comenzó en 1401, aunque no hay evidencia documental del comienzo de los trabajos hasta 1433. La construcción se llevó a cabo en el sitio que quedó después de la demolición de la antigua mezquita de aljama en Sevilla, cuyo minarete ( La Giralda) y el patio (patio de los Naranjos) aún se conservan.

Uno de los primeros maestros de obras fue el Maestro Carlin (Charles Galter), de Normandía (Francia), que anteriormente había trabajado en otras grandes catedrales góticas europeas y llegó a España que se cree que huía de la Guerra de los Cien Años. El 10 de octubre de 1506, se colocó la última piedra en la parte más alta de la cúpula, con lo que simbólicamente se completó la catedral, aunque de hecho el trabajo continuó ininterrumpidamente a lo largo de los siglos, tanto para la decoración interior, como para agregar nuevas habitaciones o para consolidar y restaurar el daño causado por el paso del tiempo, o circunstancias extraordinarias, entre las cuales cabe destacar el terremoto de Lisboa de 1755 que produjo daños menores a pesar de su intensidad. Los arquitectos Diego de Riaño, Martín de Gainza y Asensio de Maeda intervinieron en estas obras. También en esta etapa, Hernán Ruiz construyó el último cuerpo de la Giralda. La catedral y sus dependencias se completaron en 1593.

El Cabildo Metropolitano mantiene la liturgia diaria y la celebración de las festividades del Corpus, la Inmaculada y la Virgen de los Reyes. Este último día, 15 de agosto, es también la fiesta titular del templo, Santa María de la Asunción o de la Sede, y se celebra con una solemne tercera procesión pontificia.

El templo alberga los restos mortales de Cristóbal Colón y varios reyes de Castilla: Pedro I el Cruel, Fernando III el Santo y su hijo, Alfonso X el Sabio.

Una de las últimas obras importantes realizadas tuvo lugar en 2008 y consistió en reemplazar 576 sillares que formaban uno de los grandes pilares que sostienen el templo, con nuevos bloques de piedra de características similares pero con una resistencia mucho mayor. Este difícil trabajo fue posible gracias al uso de sistemas tecnológicos innovadores que demostraron que el edificio sufría oscilaciones de 2 cm diarios como consecuencia de la expansión de sus materiales.